5 de febrero de 2014

White farewell

En mi pueblo siempre han habido leyendas. Es normal, ¿no? Nuestro pueblo es un lugar pequeñito, cerrado y alejado del mundo, de lo nuevo, de lo real. Aquí, casi a tres horas de cualquier ciudad, lo que reina es el misterio. La magia, por así decirlo.
Predomina lo fantástico de lo real; los cuentos que se les susurra a los niños antes de acostarlos en la cama se vuelven ciertos; los supuestos peligros contados desde la luz de una hoguera, palpables, tan creíbles que sientes los golpes de tu corazón en el pecho.
Aquí todos sienten miedo.
Yo no solía interesarme por los cuentos ni las leyendas. Para mí no eran más que cuentos de viejas, falsos e irreales.
¿Cómo acaso iba a creer que los cuervos te susurraban al oído el día de tu muerte si te internabas en el bosque, o que si salías al viejo lago y te asomabas a su superficie podrías ver la cara de tu alma gemela? ¿O que si veías un Lobo Blanco y éste te miraba, significaba que tu amor verdadero moriría?
Yo no creía en nada de eso. Claro que no.
Creía en la ciencia, creía en mí. Y me iba bien.
Hasta que la encontré a ella.
Y descubrí que todas esas historias eran verdad.

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Plantilla "White Wolf" © creada por Agustina Fuente, de Batalla de los Reinos. 2014. Con la tecnología de Blogger.