5 de febrero de 2014

Mi vida, por la tuya.

El caballo alzó las patas delanteras, y, por un momento, pensé que iba a morir. El viento dejó de soplar, los pájaros callaron y el tiempo parecía haberse detenido.
Pero, de repente, apareció de entre los árboles un fantasma blanco que chocó contra el caballo y lo hizo caer, al igual que a su jinete.
Del bosque, rápidamente fueron apareciendo más lobos, todos blancos como la luna, como la nieve, y se abalanzaron contra los que iban a acabar con mi vida.
Oí un gruñido a mi espalda, y me giré a tiempo para ver a un lobo gris que se acercaba con un andar tranquilo y sosegado. Pasó por mi lado, y, me encontré con su mirada durante un segundo.
Sus ojos amarillos me enviaron un mensaje silencioso.
Estamos en paz.
Era el lobo salvé hace unas semanas. Me había devuelto el favor. Me había salvado la vida.
Con la mirada yo también, le agradecí que me hubiera salvado, y me interné en el bosque antes de que los gritos del joven pudieran llegar a mis oídos.

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Plantilla "White Wolf" © creada por Agustina Fuente, de Batalla de los Reinos. 2014. Con la tecnología de Blogger.